Una de las garantías que ofrecen las
bolsas de valores a los inversores es la suspensión de las
operaciones de compra y venta de una acción concreta si se producen
circunstancias que pueden afectar al accionista.
Una causa de suspensión puede ser el
conocimiento de algún hecho que puede o que va a afectar al
funcionamiento normal de la compañía de la que se negocian
acciones.
Un ejemplo de esto es una intervención
de la compañía o la declaración de concurso de acreedores en la
compañía. En situaciones así se suspende la cotización hasta que
la situación económica de la compañía queda aclarada.
Otro ejemplo es el anuncio de alguna
operación económica o financiera que puede afectar a los resultados
o a la participación accionarial de la empresa. Por ejemplo, ante
las noticias de que la compañía cotizada en bolsa va a adquirir o
planea la fusión con otra compañía, es común una suspensión
temporal hasta que se conocen las condiciones definitivas.
Los reglamentos concretos de las bolsas
de valores pueden plantear otras causas de suspensión temporal de
las cotizaciones de una compañía, o incluso de todas las compañías
representadas. Un ejemplo de esta causa puede ser suspender
automáticamente la negociación de compañías que hayan perdido en
una sesión un porcentaje de su valor superior a una cifra
determinada.
Enlaces
Ofertas públicas de adquisición. OPAs.
Acciones.
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